Escritor, ensayista, poeta y docente venezolano. Ganador del Premio Nacional de Ensayo Mariano Picón Salas del Ministerio de la Cultura de Venezuela en 1992, fue miembro del jurado de dicho premio en la edición de 1993. Igualmente fue miembro del jurado del Premio Internacional de Cuento Francisco Herrera Luque y Presidente del I Congreso de Legislación Cultural Municipal, realizado en en febrero del año 1993 en la Universidad Simón Bolívar.
sábado, 31 de marzo de 2012
CAMBIA LA FORMA DE DECIR LAS COSAS...
Cambia la
forma de decir las cosas y hasta la verdad misma se transforma. Recuerda Ortega
y Gasset que tan verdad era para un pagano de la antigüedad clásica decir que
la Tierra era una diosa, como para un individuo moderno sostener que ella es un
planeta. Diosa o planeta: referencias o verdades tan genuinas y representativas
de su época la una como la otra. Nombrar es inseparable de la transformación de
las palabras siempre deudoras de referencias temporales.
jueves, 29 de marzo de 2012
A LA PREGUNTA ¿QUÉ BUSCO AL ESCRIBIR?...
A la pregunta ¿qué
busco al escribir? Creo haber ido hallando, con los años, mi propia respuesta:
escribo para expresar descubrimientos y curiosidades, para organizar
comprensiones y enfrentar la confusión, para conjurar el natural desconcierto o
el tedio. Escribo
mucho más que para expresar el mundo, para reconocerme dentro del mundo
colocándome al lado
de mis curiosidades y comprensiones e inventando un cierto diseño para mi vida. Escribo porque
escojo; porque me es imposible decirlo todo y escribir me enseña a no decir de más, tampoco de
menos: sólo lo preciso, lo necesario. Escribir me enseña, pues, a callar. O lo
que es lo mismo: escribir me enseña a valorar el silencio. Paradójicamente, quizá
escriba porque aprendí a amar y, sobre todo, a entender el silencio. Escribo para comunicar curiosidades, comprensiones.
Mi palabra
es un monólogo que es, a la vez, diálogo incesante conmigo. Escribo porque me propondo dialogar con el
mundo y con mi mundo; monólogo-diálogo con el que aferrarme a mi lucidez y a
mis espejismos, a mis propósitos y a mis obsesiones. Escribo como una forma de
decirme, de mostrarme, de inventarme. Escribo como un acto de preservación:
frente al siempre precario y azariento afuera, conjuro con mis palabras el
albur del día a día
y me enfrento a lo amenazante o tedioso o reiterativo.
martes, 27 de marzo de 2012
CON LO TERRIBLE QUE PUEDA TENER PARA LOS HOMBRES LA IMAGEN DE LA MUERTE...
Con lo
terrible que pueda tener para los hombres la imagen de la muerte, ella
pareciera resultar mil veces preferible a la opción de la inmortalidad. Una
vida infinitamente prolongada, una muerte que nunca llega, es algo que los
seres humanos hemos convertido en una de nuestras más espantosas pesadillas.
Como alguna vez he comentado, ella se asocia, por ejemplo, con la imagen del
vampirismo y los vampiros: siniestros seres de la noche, condenados por toda la
eternidad a alimentarse únicamente de la sangre de sus víctimas. En otra
grotesca imagen de la inmortalidad, entresacada esta vez de las páginas de la
literatura universal, Los viajes de
Gulliver, su autor, el escritor Jonathan Swift, ilustró con terrible ironía
la parodización de una vida interminable. En un país al que Gulliver llega en
sus muchos recorridos, existe una raza especial de seres: los inmortales. Seres
que nacen con el signo de la eternidad escrito en sus cuerpos. Son individuos
que jamás conocerán la muerte. Su sociedad acoge el nacimiento de cada nuevo
inmortal como una terrible desgracia. La descripción que hace Swift de ellos es
la contrapartida espantosa de cualquier ilusión de eternidad: seres miserables,
condenados a arrastrar por todas las edades sus cuerpos en un inacabable proceso
de deterioro. El peor castigo de los inmortales es, precisamente, el no morir,
la agonía de su final sin fin.
lunes, 26 de marzo de 2012
EL OTRO EXISTE Y NOSOTROS FRENTE A ÉL...
El otro
existe y nosotros frente a él. El otro es mi horizonte. En él me reconozco o
desconozco. En el contacto con el otro, surgen, rápidas, las diferencias. Mi
máscara, su máscara; mis palabras, sus palabras; mi fuerza, su fuerza; mi
espacio, su espacio. Nuestra vida va haciéndose sobre el recorrido interminable
de una diferenciación que nos define. Ser yo es ser diferente. Coexistir es
hacer de la individualidad discurso y máscara.
sábado, 24 de marzo de 2012
EL LABERINTO ACOMPAÑA...
El
laberinto acompaña percepciones de tiempos y circunstancias. Laberínticos
pueden ser los diseños con que definimos nuestros espacios o el rumbo con que
vislumbramos algunos itinerarios. Laberíntica es la derrota o el fracaso
dibujando comprensiones y recuerdos. Laberíntica es la palabra detenida dentro
del límite de la desesperación o del sinsentido. Laberíntico es el diseño que
dibuja y postula la inexorable imposibilidad de logros, accesos y
continuidades.
miércoles, 21 de marzo de 2012
AVANZO Y...
Avanzo y me limito. Cada nueva
selección es un descarte: lo que escojo me apartará para siempre de lo que
rechacé. Estrechamiento de linderos: una manera como cualquier otra de definir
las experiencias y aprendizajes que voy sumando a lo largo del camino.
lunes, 19 de marzo de 2012
DESDE SU NACIMIENTO, LAS UNIVERSIDADES...
Desde su
nacimiento, las universidades tuvieron clara conciencia de su designio: ser
formadoras de las individualidades que preservarían la memoria y los valores de
su tiempo. Sociedad y universidad evolucionaron paralelamente. La universidad
simbolizaba el nuevo mérito de la inteligencia; intelecto como fuerza y
herramienta de poder. Pocas instituciones podrían resultar tan elitescas como
la universidad. Su espacio supone el encuentro de maestros y discípulos: unos
guían y otros aprenden y obedecen. La dignidad del maestro reposa en su
sabiduría. El saber se apoya en la inteligencia y en la experiencia. Ambas,
afirman el "derecho" natural del sabio: su autoritas. La autoritas
académica es la fuerza del prestigio, la potestad del hombre que conoce, que ha
visto, que ha vivido, que ha reflexionado; del hombre que sabe. De esa
inteligencia dominante y carismática, emana una autoridad que es natural e
incuestionable.
viernes, 16 de marzo de 2012
POR MUCHO TIEMPO EL SER HUMANO SE CONCIBIÓ A SÍ MISMO...
Por mucho tiempo el ser humano se concibió a sí mismo como construcción
final y magnífica de un proceso evolutivo único. Hoy el ser humano comienza a
reconocer que su protagonismo dentro del tiempo terrestre es, esencialmente,
accidental. No somos los privilegiados destinatarios de la infinitud universal,
somos sólo los habitantes temporales de un fatigado planeta: apenas
sobrevivientes. Ni hijos de Dios ni extraordinario resultado de una mágica e
irrepetible combinación, sólo sobrevivientes... Y desapareceremos algún día, de
la misma manera que un día llegamos.
jueves, 15 de marzo de 2012
EN ALGUNA PARTE DE SU OBRA, EDGAR MORIN...
En alguna parte de su obra, Edgar
Morin dice que nuestro presente ha recuperado una antiquísima palabra de origen
griego: oikos; vocablo que significa
casa. De oikos derivan dos voces que
nuestro tiempo repite incesantemente: “ecología”, “ecosistema”. Términos
alusivos a un mundo concebido como espacio familiar, cercano; superficie
poblada de cuerpos y formas siempre en relación, espacio donde todos nos
aglomeramos en conjuntos necesariamente comunicados en imprescindible diálogo
sobreviviente.
Opuesta a Oikos, nuestros días
repiten otra palabra: “caos”. La repite incluso -¡quién habría de decirlo!- una
ciencia cada vez menos segura de sí misma, de sus posibilidades y alcances.
Caos alude a la acechante impredecibilidad de todas las posibilidades. Implica la
amenaza de lo incierto asomando por entre cualquier conclusión o certeza. La
noción de caos, de muchos modos, evoca un regreso a remotas edades anteriores a
la tranquilizadora presencia de los dioses. El caos sugiere la entronización
del azar y la incoherencia; sugiere la desarmonía, la indescifrabilidad y el
desvanecimiento de los nortes.
martes, 13 de marzo de 2012
DIFERENCIA ENTRE LOS SERES HUMANOS Y DIFERENCIA...
Diferencia
entre los seres humanos y diferencia entre los pueblos: cuerpos y fronteras son
espacio límite de una voluntad de distinguirnos. Somos lo que somos y no
queremos ser eso que son los otros. La voz del otro no es la nuestra ni tampoco
sus valores son nuestros. Nosotros contra vosotros... Todo el espacio, todo el
largo recorrido de la historia humana: de sus guerras, de sus parcelaciones, de
sus miserias y grandezas, de sus ritos de odio y devoción, de su sangre y sus
penurias, de sus banderas y sus himnos, nace en este sentimiento de un
yo-nuestro agrupador de tribus, primero; después, patrias; luego, culturas en
el tiempo...
domingo, 11 de marzo de 2012
A LO LARGO DEL TIEMPO EL HOMBRE HA ESCUCHADO...
A lo largo del tiempo el hombre ha escuchado la voz sagrada de los dioses o la voz profana de la historia. Aquélla le explicaba el sentido de todas las cosas en la ira o la benevolencia divinas. Le decía que todo en el universo estaba relacionado con los inescrutables designios de algún dios. Luego, la voz sagrada iría desvaneciéndose y los hombres descubrieron su soledad. Comenzaron a sospechar el absurdo de las cosas sin sentido, la posibilidad de una historia sin norte. Una nueva deidad, la Razón, los salvó de la desesperación y del terror. Les hizo creer que todas sus metas serían alcanzables y todos sus propósitos realizables. En el fondo, y gracias a la Razón, la voz profana terminó por coincidir con algunas de las fundamentales razones de la voz sagrada. Las dos decían que las desgracias humanas eran superables. Las dos insistían en que la felicidad aguardaba adelante, al final de los tiempos; sólo que, mientras la voz sagrada colocaba la felicidad en la otra vida, la voz profana la situaba en el futuro: un tiempo terrenal más al alcance de la voluntad y los esfuerzos de los hombres.
viernes, 9 de marzo de 2012
ACATO MIS ACTOS...
Acato mis actos como parte de un
destino ineludible. Acato, también, mis errores porque quizá ellos igualmente formen parte de ese destino.
jueves, 8 de marzo de 2012
EXISTE UNA INTELIGENCIA...
Existe
una inteligencia literaria que propende a relacionar la abrumadora vastedad que
la rodea con esa cercanía tangible que es la propia experiencia. El individuo
poseedor de una inteligencia literaria descubre que quiere escribir, mucho más
que para expresar el mundo, para reconocerse y ubicarse dentro de él.
miércoles, 7 de marzo de 2012
EL SER DE PALABRAS NO IGNORA...
El ser de palabras no ignora que esas armonías que tanto precisa
distinguir a su alrededor pudieran hacerse visibles aún en medio de las mayores
asperezas; y que quizá perciba por entre lo más desagradable o difícil esa
coherencia que requiere para continuar su marcha, soslayando los tropiezos que
lo amenazan, principalmente a causa de sí mismo. Tropiezos muy tempranamente
anunciados en algunos trazos de su rostro, y destinados a permanecer tallados
en éste hasta el fin de sus días. No desconoce que deberá emprender una y otra
vez la titánica tarea de sobreponerse a ciertos signos que no dejan de
acompañarlo; que su voluntad y su lucidez serán las únicas armas de las que
dispondrá para obtener eso que le es esencial: ser feliz en la vida que él
mismo escogió para sí, porque desde siempre supo –¿quizá inconscientemente?-
que cualquier otro itinerario le estaba vedado. Y es que una de las formas de
sabiduría más resaltantes del ser de palabras consiste, precisamente, en haber
sabido acogerse a esas opciones que, en algún momento, el destino le mostraba.
martes, 6 de marzo de 2012
CONOCERME ES RECONOCER...
Conocerme
es reconocer el mundo en mí; mi lucidez, al contemplarlo, será, también, mi
lucidez al contemplarme.
domingo, 4 de marzo de 2012
DESPRECIOS Y RENCORES FORMAN PARTE...
Desprecios y rencores forman
parte de nuestro rostro más auténtico. Hay resentimientos inolvidables que nos
acompañan siempre y a los que, como decía Jean Paulhan, debemos hacer sitio en
nuestras vidas si queremos vivir sanos de espíritu; aversiones que nos definen
y nos expresan. Ser fieles a ellas es tan coherente como serlo a nuestros
afectos. Nuestros aborrecimientos deciden de qué debemos protegernos y de qué
debemos apartarnos. Cimentan nuestra lucidez siempre necesariamente alerta.
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