Un tú y un yo

Un tú y un yo: pronombres necesarios para expresar mucho del sentido del tiempo y sus memorias.

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Siempre existirá...

Siempre existirá para el yo la necesidad de un indudable tú.

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El yo

El yo: un límite, una definición, una diferencia. Entre el yo y el tú existen demarcaciones, interminables y cambiantes linderos.

Ante la figura del yo se alzará siempre la presencia de un tú.

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El tú

El tú: un otro individualizado. Si otredad puede ser distancia y recelo, el tú es acercamiento, intimidad, confianza.

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El otro

El otro: un horizonte ante el cual el yo se reconoce o desconoce.             

 En el camino es muy larga…

En el camino es muy larga la ruta de la ilusión y son muy frágiles los pasos del iluso.

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Entre el principio y el final…

Entre el principio y el final del camino: el tránsito; o sea: el aprendizaje.

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Estrechamiento de linderos…

Estrechamiento de linderos: una manera como cualquier otra de definir los aprendizajes del camino.

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Para todo caminante…

Para todo caminante la densidad de sus compromisos será siempre tan importante como la ligereza de su libertad.

 Te pertenece...

Te pertenece el reto de colocar nombres a las cosas, tu voluntad de hallar sentido a cuanto carezca de sentido, el descubrimiento de tu voz para describir el imaginario de tus días.

Te pertenece esa mirada tuya que contempla el mundo para identificarse con él o resistirlo.

Te pertenece esa voz tuya, necesariamente singular; sintaxis hecha de sueños, recuerdos, proyectos, creencias, apuestas…

Te pertenece tu decisión de acogerte a determinadas memorias.

Te pertenece el deseo de preservar elegidas armonías.

Te pertenece la necesidad de alimentar la ilusión que nunca dejarás de ser.

Te pertenece el predecirte entre las aristas del tiempo y escuchar eso que el tiempo te dice.

Te pertenece el deseo de fomentar acuerdos con la realidad desde una esencial fidelidad a ti mismo.

Te pertenece la intención de distinguir aliento en tus palabras.

Te pertenece el propósito de reflejar la vida en tu vocabulario.

Nietzsche habló…

Nietzsche habló de "la temible majestad de las exigencias infinitas", refiriéndose al afán de los hombres por esclavizarse voluntariamente en el culto a dioses todopoderosos, únicos e implacables; a religiones propugnadoras de una sola devoción; a veneraciones obsesivas que hacen de la vida sacrificio, de la renunciación mérito y de las privaciones, virtud.

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Morir a tiempo

En Así habló Zaratustra, Nietzsche habla de "morir a tiempo". Ni demasiado tarde ni demasiado pronto: en el momento preciso. Morir prematuramente significa no conocer la vida. Morir tarde es tocar la decadencia, sufrir el dolor del cuerpo contraído por los años y conocer la compasión en los ojos de los otros.