viernes, 31 de mayo de 2019

SUELE DEFINIRSE...


Suele definirse a la escritura como el más solitario de los oficios Afirmación cuestionable. Si bien es cierto que solitariamente escribimos, lo hacemos siempre con el convencimiento de un destino y la convicción de un destinatario para cuanto nos resulta imposible callar. “Las verdades que se callan se hacen venenosas”, dijo Nietzsche. Y acaso ése sea uno de los puntos de partida de la escritura: colocar nuestro amor por las palabras al servicio de la comunicación de descubiertas verdades. A medida que vivimos, utilizar nuestras voces para nombrar certezas junto a las cuales nos dibujamos nosotros mismos.

viernes, 24 de mayo de 2019

IDENTIFICACIÓN CON EL MAL


En los aciagos días de la Segunda Guerra Mundial, Borges comentó en relación a los seguidores del bando perdedor, a los adoradores de los nazis y de su ídolo absoluto, Hitler, que tan extraña conducta solo podía explicarse a través de la curiosa propensión de ciertos individuos a identificarse con el mal; una muy extraña pulsión por admirarlo y, claro, imitarlo. ¿Qué lleva a ciertas personas a adherirse a cuanto de torcido, despreciable e inhumano puedan mostrar comportamientos y actitudes; a defender lo indefendible, a admitir lo inadmisible? Coincido con Borges: existe un lado oscuro en ciertos individuos, una propensión a solidarizarse con el mal; derivada, acaso, de prejuicios o, simplemente, de crueldad y estupidez. Una identificación entre la propia abyección y la abyección colectiva, una proyección de la íntima miseria sobre la miseria de otros, una coincidencia entre vergonzosos extravíos particulares y extravíos multitudinarios...

viernes, 17 de mayo de 2019

CON NUESTRA VOZ, TOMAR PARTIDO


Recuerdo dos frases del pedagogo brasileño Paulo Freire. La primera: “Decir la palabra verdadera es transformar el mundo”. La segunda: “Alfabetizarse es aprender a decir nuestra propia palabra”. En el primer caso, ¿cuál es la palabra verdadera? Ésa que nunca podría alejarse de las razones éticas de nuestra conciencia. En el segundo caso: ¿cuál es esa palabra que es solo nuestra? La que, perteneciéndonos, nos comunica y encuentra con otros, con muchos otros.
Nuestra voz: con ella tomamos partido ante el tiempo que nos rodea. Y nos proponemos intervenir en él apoyados en esa subjetividad nuestra conformada por descubrimientos, escogencias y revelaciones que fueron acercándonos o alejándonos de personas, imágenes, argumentos, proyectos, ideas…
Lo que vemos y lo que quisiéramos ver; el ser y el deber ser de cuanto nos rodea. Acaso, en el fondo, las personas nos parezcamos más de lo que solemos creer. Podría tal vez hablarse de naturales correspondencias entre la necesidad de un ser humano por identificar un propósito en su vida y la necesidad de una sociedad por vislumbrar significados en sus itinerarios; el diseño de la existencia de un individuo y el dibujo de la historia de una comunidad relacionados en semejantes formas de voluntad por construir el tiempo de acuerdo a algún significado.