miércoles, 29 de septiembre de 2010

SOBRE DEBERES Y ENTUSIASMOS

Kant habló de los “deberes necesarios” y Ortega y Gasset habló de los “entusiasmos necesarios”. La ilusión propone que todas las opciones y todas las metas pueden ser consideradas posibles. El deber sugiere que, en la vida, hay respuestas sin opción fuera de las cuales todo pareciera ser error, equivocación o fracaso. El entusiasmo nos impulsa hacia una meta, un destino. El deber nos sostiene y ubica dentro de un lugar convertido en sitio insoslayable.

martes, 28 de septiembre de 2010

AVANZAR DESDE UN ORIGEN

El origen, el punto de partida –dijo Nietzsche- va careciendo de importancia”. Avanzar en el camino, crecer en él: acaso de lo que se trate sea ver el tiempo presente que vamos construyendo como una contradicción de muchos de los signos de un origen que, a la distancia, molesta, avergüenza o estorba.

viernes, 17 de septiembre de 2010

LOS SERES HUMANOS SOMOS TIEMPO

Los seres humanos somos en el tiempo, estamos hechos de tiempo, él nos construye día a día, cuanto acontece gira a su alrededor. Entre todo principio y todo final se halla ese tiempo que es tránsito hecho de construcciones, pasos, actos, diseños avizorados, fracasos, triunfos... Crecimiento iniciado desde un punto de partida donde todas las cosas eran comienzo.

viernes, 10 de septiembre de 2010

IMPOSIBLE BASTARNOS POR ENTERO A NOSOTROS MISMOS...

Imposible bastarnos por entero a nosotros mismos. Imposible no depender de la compañía y el apoyo de alguien más junto a quien percibir todos los infinitos matices, buenos y malos, suaves y ásperos, gentiles y crueles de ese tiempo que somos y nos construye poco a poco.

martes, 7 de septiembre de 2010

RECONOCIMIENTO...

Reconocimiento de eso que es esencial y de lo que debería partir todo lo demás: la vida es y será siempre lo primero; y de lo que se trata y de lo que nunca podría dejar de tratarse será de aprender a vivir: valorando eso que merezca valorarse, esforzándonos por entender eso que realmente importa, apoyándonos en ciertos descubrimientos centrales convertidos en verdades personales: respuestas útiles, necesarias, sustentadoras. Rara vez definitivas, esas verdades suelen cambiar; no necesariamente las que profesamos ahora son las nuestras de antes, y, seguramente, las que nos pertenecen ahora no serán nuestras después. Pero mientras estén en nuestro poder esas verdades nos servirán y acompañarán. Y a través de ellas contemplaremos ese universo exterior del que no podríamos nunca dejar de formar parte. Junto a ellas nos esforzaremos por organizar el caos que suele acompañarnos, originado en la impredecibilidad o la desesperante monotonía de tantos días grises.