viernes, 21 de febrero de 2020

VOCES DE ESPERANZA


Esperanza: imposible renunciar a ella. Nos pertenece en la medida en que sepamos alimentarla. Es impulso, orientación, apoyo; también respuesta vital, culminación de aprendizajes; deseo de hacer y de seguir haciendo; reconciliación constante con la realidad.... Como ímpetu o aliciente, la esperanza nos anima a proseguir esfuerzos y a concretar propósitos. Sin ella todo proyecto se debilita.
Esperanza en la voz escrita, en su destino, en la oportunidad de sus testimonios, en su posible refutación del silencio y la indiferencia. Esperanza en que nuestras voces puedan encontrarse con las voces de  muchos otros, en que nuestros dibujos del mundo puedan tener sentido para otros diseños, en que algunas metáforas con que ilustramos nuestra existencia puedan ser metáfora de otras existencias.
Esperanza en merecer las palabras que compartimos con otros. Que ellas sean testimonio de esa realidad que calificamos, bautizamos, valoramos; que nunca nos alejen del mundo y puedan significar siempre el comienzo de algún diálogo.
Esperanza en la palabra sostenida con fe ante el mensaje nombrado, en el humano sentido de la comunicación, en la actitud hacia las voces convertidas en reto, apuesta, compromiso; voces hecha de vida y de expresiones de vida, voces pronunciadas, escritas, siempre a partir de un propósito de oportunidad y permanencia.