Las experiencias nos construyen. De su
recuerdo nos nutrimos. Nos acompañan convertidas en aprendizaje y
descubrimiento. En ocasiones, transformadas en revelaciones, llegan a iluminar un
antes y un después dentro de nuestra existencia. Frecuentemente, solo a la
distancia entendemos mejor el significado de dichas revelaciones, distinguiendo
en ellas algunas certeras metáforas de nuestra personal historia.