viernes, 22 de noviembre de 2019

LA VIDA ANTES QUE TODO...


La vida, la vida antes que todo, repite una y otra vez Nietzsche. Algo muy parecido a cierta idea de Heidegger: somos los invitados a esta vida y siempre se tratará de ser buenos invitados. ¿Cómo? Trasladando a nuestros imaginarios cuanto nos resulte esencial entender y valorar. Ser huéspedes agradecidos a través de nuestros aprendizajes: enseñanzas de verdades que nos alimentan y caben naturalmente en la descripción de esos caminantes que somos; huéspedes del mundo obligados a convertir nuestra existencia en diseño de hallazgos, de elecciones, de propósitos, de compromisos…