Individualmente
somos; individuales nuestras convicciones y creencias, sentimientos y
esperanzas, miedos y sospechas. Individualmente nos
afirmamos sobre ciertos aprendizajes y propósitos. Individualmente
vamos descubriendo nuestra posibilidad de ser y de llegar a ser.
Individualmente nos acercamos –tratamos de hacerlo- a nuestra imagen de felicidad
o de plenitud.
Individualidades,
pero también seres sociales, estamos destinados a convivir, a relacionarnos
junto a otros en un entorno común. Singularmente,
en medio de lo plural y de lo colectivo, hacemos de
la realidad exterior parte de nuestra propia realidad, nutriendo de dependencia
nuestra autonomía.