Estamos obligados a elegir, a descartar. Entre lo elegido y lo desechado, nos vamos rodeando de sentido, organizando significados en nosotros mismos y
alrededor nuestro. Nada más humano que alcanzar, así, una perspectiva de las cosas,
un ángulo desde el cual contemplar, entender, y, desde el cual, definirnos como presencia dentro del mundo.