Suele definirse a la escritura como el más solitario de los
oficios Afirmación cuestionable. Si bien es cierto que solitariamente
escribimos, lo hacemos siempre con el convencimiento de un destino y la
convicción de un destinatario para cuanto nos resulta imposible callar. “Las
verdades que se callan se hacen venenosas”, dijo Nietzsche. Y acaso ése sea uno
de los puntos de partida de la escritura: colocar nuestro amor por las palabras
al servicio de la comunicación de descubiertas verdades. A medida que vivimos,
utilizar nuestras voces para nombrar certezas junto a las cuales nos dibujamos nosotros
mismos.
Escritor, ensayista, poeta y docente venezolano. Ganador del Premio Nacional de Ensayo Mariano Picón Salas del Ministerio de la Cultura de Venezuela en 1992, fue miembro del jurado de dicho premio en la edición de 1993. Igualmente fue miembro del jurado del Premio Internacional de Cuento Francisco Herrera Luque y Presidente del I Congreso de Legislación Cultural Municipal, realizado en en febrero del año 1993 en la Universidad Simón Bolívar.
viernes, 31 de mayo de 2019
viernes, 24 de mayo de 2019
IDENTIFICACIÓN CON EL MAL
En los aciagos días de la Segunda Guerra
Mundial, Borges comentó en relación a los seguidores del bando perdedor, a los adoradores
de los nazis y de su ídolo absoluto, Hitler, que tan extraña conducta solo
podía explicarse a través de la curiosa propensión de ciertos individuos a
identificarse con el mal; una muy extraña pulsión por admirarlo y, claro, imitarlo.
¿Qué lleva a ciertas personas a adherirse a cuanto de torcido, despreciable e
inhumano puedan mostrar comportamientos y actitudes; a defender lo
indefendible, a admitir lo inadmisible? Coincido con Borges: existe un lado
oscuro en ciertos individuos, una propensión a solidarizarse con el mal; derivada,
acaso, de prejuicios o, simplemente, de crueldad y estupidez. Una identificación
entre la propia abyección y la abyección colectiva, una proyección de la íntima
miseria sobre la miseria de otros, una coincidencia entre vergonzosos extravíos
particulares y extravíos multitudinarios...
viernes, 17 de mayo de 2019
CON NUESTRA VOZ, TOMAR PARTIDO
Recuerdo dos frases del pedagogo
brasileño Paulo Freire. La primera: “Decir la palabra verdadera es transformar
el mundo”. La segunda: “Alfabetizarse es aprender a decir nuestra propia
palabra”. En el primer caso, ¿cuál es la palabra verdadera? Ésa que nunca
podría alejarse de las razones éticas de nuestra conciencia. En el segundo
caso: ¿cuál es esa palabra que es solo nuestra? La que, perteneciéndonos, nos
comunica y encuentra con otros, con muchos otros.
Nuestra voz: con ella tomamos partido
ante el tiempo que nos rodea. Y nos proponemos intervenir en él apoyados en esa
subjetividad nuestra conformada por descubrimientos, escogencias y revelaciones
que fueron acercándonos o alejándonos de personas, imágenes, argumentos, proyectos,
ideas…
Lo que vemos y lo que quisiéramos ver; el
ser y el deber ser de cuanto nos rodea. Acaso, en el fondo, las personas nos
parezcamos más de lo que solemos creer. Podría tal vez hablarse
de naturales correspondencias entre la necesidad de un ser humano por
identificar un propósito en su vida y la necesidad de una sociedad por vislumbrar
significados en sus itinerarios; el diseño de la existencia de un individuo y
el dibujo de la historia de una comunidad relacionados en semejantes formas de
voluntad por construir el tiempo de acuerdo a algún significado.
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