Convertir nuestra vida en narración: discurso íntima y
personalmente nuestro; pertenencia propia dibujada sobre palabras conquistadas
una a una; armonioso entretejido de signos; continuidad temporal apoyada sobre ciertos argumentos; imaginario proyectado en voces traductoras de sueños,
ilusiones, propósitos, recuerdos y algunas íntimas mitologías personales...