La voz del amor y la voz del arte se parecen: las dos aluden a
nuestro espíritu y las dos surgen de él.
La voz del amor y la voz del arte nos permiten, ambas, escuchar
más lejos de cualquier ahora, de cualquier estrecho presente.
La voz del amor y la voz del arte aluden a esas respuestas que
perseguimos, que precisamos. Acompañan revelaciones de días que fueron, son y
serán certeza.