martes, 12 de noviembre de 2013

DICE OCTAVIO PAZ...

Dice Octavio Paz: “Con gran dificultad y avanzando a razón de un milímetro por año, tallo un camino en la piedra. Durante milenios he gastado mis dientes y roto mis uñas para llegar allí, al otro lado, a la luz y el aire libre. Y ahora que mis manos sangran y mis dientes tiemblan, inseguro en una cueva, doble­gado por la sed y el polvo, me detengo a contemplar mi obra. He pasado la segunda parte de mi vida quebrando las piedras, taladrando los mu­ros, derribando las puertas, quitando los obstácu­los que coloqué entre la luz y yo en la primera parte de mi vida”.
Vamos aprendiendo que de lo que se trata es de merecer lo que supimos construir en nuestro camino. Con nuestros pasos fuimos erigiendo espacios que nos angostaban a medida que crecíamos dentro de ellos. Y aprendimos del rumbo de nuestro aliento y del impulso de nuestros sueños… Aprendimos, en fin, de nosotros mismos; y terminamos por darnos cuenta que los ya remotos comienzos del camino, inconsistentes y erráticos, pudieron, sin embargo, conducirnos hasta el más invalorable de los legados: el de la sabiduría de los sobrevivientes.