Apoyo mi
intención de extraer el limitado placer que me ofrecen los días. He ido
descubriendo que las cosas son mucho más simples de lo que parecían. O, en todo
caso, más naturales, más despojadas de artificios.
Lo cierto es
que las comprensiones van cambiando; cambian también los sentimientos y la
valoración de los recuerdos; cambian, sin duda, las perspectivas con que acompaño
mi propósito de trazar un destino.
Se trata de
rodear con proyectos de armonía la mayor parte de las cosas que me suceden; de
descubrir ese centro que me pertenece, el que estoy llamado a construir después
de muchos pasos sumados. Se trata de proseguir la marcha aunque a veces se
multiplique el cansancio; de continuar el propósito de superar errores que
enrojecieron muchos momentos, o su recuerdo. Se trata de hilvanar hitos y
momentos y alcanzar pequeñas conclusiones que se irán convirtiendo en metas
cumplidas.