Crear una
mitología personal en la cual reconocerme, o donde proyectar la imagen con que
quisiera ser reconocido. Una mitología con sus hechos y sus fastos, con sus
deidades mayores y menores, con ciertas fechas indispensables; con signos
surgidos de un tiempo en busca de significado en el que quisiera que resaltasen
aciertos y promesas cumplidas.
Acaso mitología
de sombras; consciente o inconscientemente colocada al margen de casi todo; erigida
sobre instintos de supervivencia y en la afirmación de mi propia singularidad.
Mitología
personal, construida y reconstruida, ¿acaso inventada?, cercana siempre a mis
fantasías y propósitos, urdimbre destinada a procurarme un rostro o tal vez una
máscara con la cual avanzar por entre tanta intemperie.