jueves, 20 de septiembre de 2012

PÁGINAS QUE OTROS ESCRIBIERON (OCTAVIO PAZ)


Páginas que otros escribieron y en las que escuchamos ecos de nuestra propia voz y de lo que nos gustaría decir con ella. En cercanías o coindidencias con ciertos libros y ciertos autores, nos vamos acercando paulatinamente al reconocimiento de nuestra propia escritura.

Un día cayó en mis manos uno de los libros fundamentales de Octavio Paz: Los hijos del limo. Su prosa me deslumbró. Sentí que ella reunía, junto a la contundente expresividad de verdades que parecían no admitir réplica, la belleza formal de una palabra que era poesía en el más exacto de los sentidos. Me extasió esa escritura que, de manera transparentemente poética, decía cosas que, sin duda, merecían ser dichas. Era la intensidad y la exactitud del término al lado de la profundidad de verdades expresadas irrefutablemente. Inmediatamente leí otro de los ensayos centrales de Paz: El laberinto de la soledad. Llegarían luego, uno a uno, la mayoría de sus trabajos en prosa.

Una de las cosas que más reconozco en Paz es su habilidad para relacionar argumentos -no importa que tan alejados del aquí y del ahora del autor se encuentren, no importa que tan vastos sean sus alcances- con vivencias convertidas en imaginarios de vida. Recuerdo, por ejemplo, su discurso de agradecimiento al recibir el Premio Nóbel de Literatura, al cual tituló “La búsqueda del presente”. En él se detiene en diversos temas: la modernidad, la literatura moderna, la literatura latinoamericana; y, de forma extraordinariamente certera, introduce en sus diversos razonamientos, visiones de su propia vida, estableciendo acertadas analogías entre vivencias personales y versiones colectivas. ¿Cuándo -se pregunta Paz- descubrimos que nuestro tiempo personal se aparta del tiempo que rodea a todos? ¿En qué momento nuestra soledad resulta insuficiente o insoportable? ¿Cuándo nuestra imaginación nos aleja de nuestro entorno? ¿De que forma llega éste a abrumarnos, a desconcertarnos?

     Creo que lo más trascendente de la obra ensayística de Paz debe entenderse como la interpretación de un entorno desde el profundo compromiso de una ética personal que todo lo contempla y valora desde el prisma de su humana experiencia. Distingo en él una de mis más indudables referencias literarias. Siempre se definió a sí mismo como poeta; en lo personal, lo considero un extraordinario pensador que supo apoyarse en la maravillosa fuerza de la poesía para hacer más hermosos y trascendentes todos los argumentos.