jueves, 3 de noviembre de 2011

CULTURA DE LO DESECHABLE


Cultura de lo desechable: ninguna sociedad había generado tanta basura como las ricas sociedades industriales de nuestro fin de siglo. La basura es un revelador signo de la prosperidad. Tanto más excretas, tanto más consumes. Montañas y montañas de desechos se acumulan convertidas en patéticos símbolos de la riqueza. Unas pocas naciones producen cada vez más y desechan lo que les sobra. En el proceso, una nueva modalidad ha comenzado a diferenciar la basura de las naciones ricas de la basura de las naciones pobres: las primeras están en capacidad de producir desechos más peligrosos. Basura originada en muy sofisticados sistemas de producción de riqueza. Detritus de la abundancia: radioactividad, químicos altamente contaminantes... ¿Resultado? Un nuevo intercambio comercial según el cual los países ricos pagan a los países pobres para que éstos reciban los desechos tóxicos. Las naciones ricas excretan y las naciones pobres cobran por recibir sus deyecciones: nueva modalidad de la opresión económica y nueva modalidad, también, de la injusticia. En las grandes soledades tercermundistas, en los espacios vírgenes de las naciones del sur, hay suficiente espacio todavía para recibir la mierda de las naciones ricas del norte. Los países pobres han terminado por asumir, así, el más patético de los roles imaginables: el de letrina de los países ricos.