sábado, 20 de marzo de 2021

PENSADORES, ESCRITORES, MAESTROS...

 

    Una sentencia náhuatl dice: “El hombre, ese ser misterioso que llega al mundo ‘sin rostro’ y a quien la vida le enseña a tomar una cara”. Existen ciertos seres cuyos rostros se identifican, acaso principalmente, con sus voces y lo que son capaces de expresar con ellas. Son los intelectuales: minuciosos colocadores de nombres, curiosos empeñados en entender e interesarse por muchas cosas, interminables formuladores de preguntas capaces de convertir sus respuestas o su búsqueda de respuestas en aventura siempre amenazada por el riesgo de la desorientación. Por sobre todo amantes de las palabras, esos seres a quienes podemos dar diversos nombres -pensadores, escritores, maestros- tienden a apoyarse sobre un orden verbal que les sirve, no solo para comunicar sino también para orientarse; para convertir memorias y aprendizajes, deseos y convicciones, juicios y condenas en muy diversas cosas: refugio, atalaya, espejo...