viernes, 31 de enero de 2020

UNA VOCACIÓN ES...


Una vocación es verdad propia, verdad descubierta, verdad viviéndose, realizándose... A través de ella intuimos un sentido para nuestra presencia en el mundo. La vivimos, íntimamente vinculada a un sentimiento de libertad. Somos libres para escoger hacer y decidir vivir de acuerdo a eso que hemos elegido hacer. Nuestra vocación nos distingue individualmente. Nos orienta. Reúne en nosotros signos donde conjurar demasiadas fragmentaciones o dispersiones. Otorga una estructura a esa historia que es la nuestra. Nos traduce. Nos obliga a no aislarnos.
Lo justo, lo natural es que las propias cualidades y la vocación coincidan, que la una sea muy directa consecuencia de las otras. Lo ideal es reconocerla muy temprano; tempranamente hacerla parte de comportamientos, pasos, propósitos y acciones. Ella no es solo potestad: posee la forma de las verdades conquistadas, de los propósitos convertidos en norte de vida.
Nada más lamentable que padecer una existencia deformada en una actividad que no nos encarne. Vernos obligados a desempeñar labores que nos contradigan, trabajar toda la vida en algo que, eventualmente, se aborrece: acaso una de las visiones más representativas del infierno en la tierra.