Una falta de educación nacional traducida
en ausencia de valores, carencia de ética y principios deformados por muchos
años de erradas perspectivas fue, en gran medida, la causante de la llegada al
poder de ese extraño personaje a quien la historia colocará entre ciertos
curiosos fenómenos humanos producidos de tiempo en tiempo.
Hugo Chávez: teniente coronel empeñado, desde
el principio de su gobierno, en cambiar el nombre del país, volcado a la
aberrante tarea de enfrentar a los venezolanos unos contra otros; igualmente, culpable
de pervertir la política, el arte de la convivencia, en instrumento de disolución
social, en cohabitación imposible, en irracional y perpetuo conflicto, en suma interminable
de oportunidades perdidas, en desperdicio infinito...
Una falta de educación nacional
fue, igualmente, culpable, junto a la entronización de Chávez, de la
instauración de ciertos estigmas surgidos de las más recónditas profundidades de
nuestro tiempo venezolano…