Escribir para reunir lo disperso, para armonizar disgregados
fragmentos dentro de un orden, un diseño donde lo que
sabemos o sospechamos, lo que nos ilusiona o abruma, lo que nos sostiene y
orienta muestre una versión de nuestra conciencia; nuestra realidad espiritual
traducida en voz gracias a un estilo que nos permite expresarnos y nos expresa.