miércoles, 13 de mayo de 2015

LA INABARCABLE GRANDEZA DEL COSMOS...

La inabarcable grandeza del cosmos es análoga a la inabarcable complejidad del alma humana. En ambos casos, hombres de ciencia y hombres de espíritu –creadores, imaginativos los dos- aspiran a un mismo fin: entender el universo que habitamos y comprender el universo que construimos.

Lo externo y lo interno:  alma y cosmos: complementariedad o correspondencia entre la una y el otro. La ciencia se propone traducir la infinita amplitud del cosmos. La poesía, esencialmente, nos acerca a la complejidad de nuestra alma humana. En el libro sexto de su Ética a Nicómaco, Aristóteles definió a la ciencia como el estudio de lo que es indudable porque ha existido siempre y por siempre existirá; opuesta a ella, el arte sería la realidad de las cosas que podrían no haber sido pero que, sin embargo, son. Así, frente a la ciencia que se ocupa de lo que resulta insoslayable, el arte es la realidad de lo posible, de eso que depende de la creatividad del hombre, de su potestad de hacer surgir un mundo de formas nuevas donde antes no había sino vacío.