Paisajes que vemos, que habitamos; nos rodean con sus
significados. Los hemos escogido. Nos alimentan. De muchas maneras encarnamos
en ellos o ellos encarnan en nosotros. Sentimos que nacimos para ocuparlos; más
aún, que podemos llegar, súbita o paulatinamente, a desear modificarlos dejando
en ellos nuestra impronta…