Enseñar en el
diálogo, en el encuentro de opiniones, desde la persuasión… El maestro comunica
verdades en las que cree y a las que apuesta por sobre cualquier otra cosa.
Lo que requiere
el diálogo entre maestro y alumno es la certeza y la fe de aquél en esos
valores que transmite.
Diálogo para enseñar
aprendizajes, para buscar respuestas, para reunir versiones y visiones.
Aprende el discípulo de su maestro y aprende
éste de aquél. Aprende al tiempo que enseña desde sus certidumbres y respuestas,
pero también desde la duda y la crítica. Su lenguaje, estímulo para el diálogo,
abre las puertas a la posible discrepancia y, sobre todo, a la curiosidad.
La palabra hace del maestro autoridad. Su voz
misma es potestad destinada a comunicar experiencias a
las que nada es más contrario
que los estereotipos y los dogmas.
La fuerza y el alcance de la voz del maestro
precisa del escenario correcto y de la oportunidad precisa. Fuera de su lugar y
su momento, corre el riesgo de ser incomprendida.
El maestro no solo es escuchado, también es
visto. Se lo oye y se lo ve. Su palabra se acompaña de cierta teatralidad. Es,
de hecho, algo narcisista; lo que, en modo alguna la califica de aparatosa,
frívola o superficial. Es, simplemente, una voz que se propone captar la
atención de quienes la escuchan. Voz surgida de la circunstancia que la
requiere; voz de la pasión y del criterio, de la convicción y la tolerancia;
obligada a un necesario equilibrio entre el énfasis y la mesura: a veces,
comedida, en ocasiones, enfática: tonalidades las dos igualmente justas.
Al contrario de lo que dice el adagio, a la
palabra del maestro no “se la lleva el viento”: permanece. Lo que dice, aquí y
ahora, está destinado a perdurar allí y después.
Opinar, valorar y enseñar a valorar forman
parte de lo que el maestro debe ser.
El maestro entiende la enseñanza como
transmisión de conocimiento de vida y para la vida. Entiende, también, que todo
forma parte de la misma aventura de aprender y de aprender a aprender.
Al educar el maestro enseña al discípulo a
encontrarse con el mundo, con los otros, consigo mismos…