jueves, 28 de noviembre de 2013

TEMPRANAMENTE AFIRMÉ MIS PASOS...

Tempranamente afirmé mis pasos en rutas donde necesitaba sobrevivir, crecer…
Al margen de casi todo, empeñado en comprender solo lo necesario, fui dibujando con los colores del arcoiris algunas conclusiones.
Aprendí que necesitaba de la distancia: ante casi todo, frente a casi todos. Solo así podría distinguir lo justo; solo así conquistar explicaciones, vislumbrar respuestas, traducir asombros…
Me asombraron visiones para las que no estaba preparado.
Renací en algunas frágiles diferencias mientras muchos imaginarios transformaron para siempre personajes y roles.
Me acerqué a la ventura y a la desventura, y entendí que era frecuente el arrepentimiento cuando éste ya carecía de sentido; aprendí que las cosas dejadas atrás no vuelven, que únicamente poseen el sentido de enseñarnos a distinguir nuestro propio rostro. Y supe que aceptar ese rostro era una expresión del afortunado azar, el significado de muchos albures dichosos.