viernes, 8 de marzo de 2013

SEÑALES EMPEÑADAS EN NO IGNORARME


Arrepentimiento, remordimiento: voces que ocupan mucho espacio y aparecen cuando menos lo espero; siempre  como al acecho, inseparables recurrencias de punzantes recuerdos.
Signos que se niegan a desaparecer.
Evocan errores cometidos.
Inútil tratar de borrarlos, sólo cabe esperar que el tiempo los extinga.
Pero el tiempo es caprichoso y rara vez complace mis deseos.
Quedo, pues, a merced de esas señales empeñadas en no ignorarme.
El muy racional propósito de ser yo quien las ignore es muy difícil de cumplir; y, así, enquistadas en el día a día, prosiguen contaminando ilusiones y proyectos.