Escritor, ensayista, poeta y docente venezolano. Ganador del Premio Nacional de Ensayo Mariano Picón Salas del Ministerio de la Cultura de Venezuela en 1992, fue miembro del jurado de dicho premio en la edición de 1993. Igualmente fue miembro del jurado del Premio Internacional de Cuento Francisco Herrera Luque y Presidente del I Congreso de Legislación Cultural Municipal, realizado en en febrero del año 1993 en la Universidad Simón Bolívar.
lunes, 23 de enero de 2012
EL DESASTRE, DICE BLANCHOT...
El
desastre, dice Blanchot, implica la “soberanía de lo accidental”; o sea: el
azar llevado a su máxima expresión, la anulación de las previsiones y la
desaparición de las referencias. Más que realidad objetiva, el desastre podría
entenderse como un ritmo que nos
rodea. “Todo es ritmo”, dijo Hölderlin. El ritmo es la imagen viva del
universo, una encarnación de eso que alguna vez Octavio Paz llamó la “legalidad
cósmica”. El ritmo de nuestro presente es el de la abundancia de todo: de
imágenes y voces, de gestos y rostros, de productos y desechos, de rapidez y
desasosiego. Ritmo identificado con una escritura de tientos y estridencias, de
simultaneidades y confusiones, de superposiciones y retazos. O sea: el desastre
representado por medio de una escritura que lo refleja y lo revela; escritura
“desastrosa” ella misma: desastre de escritura. Para la escritura parodizadora
del desastre, todo es nombrable. “Cuando todo está dicho -dice Blanchot- lo que
queda por decir es el desastre...”