Creo en mis propias dudas y en la verdad de algunos viejos sueños.
Creo en mis esperanzas aún de pie; en mis reiterados descubrimientos -de lo que fui, de lo que sigo siendo, de lo que quisiera ser.
Creo en mis rupturas y en mis recomienzos.
Creo en ciertas formas dibujadas por mi voluntad.
Creo que el tiempo describirá el sentido de mis razones y la lógica de algunos de mis actos.
Creo que, en el día a día del vivir, es posible dibujar un símbolo, amonedar una imagen, escribir una frase que pudiera llegar a describirme.