Ermitaño con deseos por avanzar dentro del tiempo. Tus palabras, siempre parecidas, reflejan los confines de un centro al margen de casi todo. Ellas deletrean esa sintaxis que encarnas. En su fuerza enuncias verdades que son joyas engastadas en la corona de tardío monarca que tú mismo eres. Tu exilio, reflejado en el rigor de algún viejo espejo, es parte de tu propósito por avanzar, ermitaño y náufrago de tantas circunstancias.
Eres abanderado de elecciones que te impusieron una manera de vivir y una voluntad por avnzar bajo esos cielos que te cubren.