La página en blanco no acepta la desmesura y te obliga a pensar y a repensar tus palabras mil veces antes de darlas por terminadas.
Tus palabras: más contundentes a medida que, junto a ellas, crecen tus esperanzas y se debilitan tus escepticismos.
Tus palabras: vocablos de íntimo sentido al interior de cada uno de tus días.
Tus palabras: espacios convertidos en rincón o atalaya.
Tus palabras: señales relacionadas con tu camino y con ese camino que es de todos.