Ortega y Gasset: “Solo se vive a sí mismo, solo se vive de verdad, el que vive su vocación, el que coincide con su verdadero sí mismo”.
Pedro Laín Entralgo:
“La vocación es aquello cuyo ejercicio otorga a la existencia de cada uno el sentido que él, en su intimidad, considera más verdaderamente suyo”
Emmanuel Mounier:
“Sólo el hombre es responsable de su vocación y su destino. La persona se realiza a través de su vocación y ésta a su vez abre el camino de su esperanza ante la vida
Hermann Hesse:
“La vocación no era solamente una gracia y una advertencia para su propia alma y en su propia conciencia, sino también un don y una admonición de los poderes terrenos para él. Hay muchas clases y formas de la vocación, pero el germen nuclear y el sentido son siempre idénticos: por la vocación el alma es despertada, transformada o sublimizada de tal manera que en lugar de los ensueños y las intuiciones de dentro surge de repente un llamado de fuera, un trozo de realidad, y se apodera del espíritu. Y así, comenzando y creciendo desde dentro hacia el encuentro y la confirmación interior y exterior ... lo íntimo y lo externo trabajaron armoniosa y uniformemente, creciendo al enfrentarse recíprocamente”.