Al interior de habitaciones protegidas por mil puertas de piedra, rodeado por enigmas, avanzas cobijado por palabras que dibujan ilusiones y verdades.
Adivinas en el silencio otra forma de palabra, una protección frente a muchas voces innecesarias o estridentes.
Entre el ruido de la irracionalidad y el silencio del sinsentido, te centras en la elocuencia de voces capaces de borrar siglos de mutismo y estridencia.