Esta voz con que vivo: me acerca al afuera o me refugia en mis adentros. Su evolución es mi evolución, su silencio mi mutismo y mi derrota. Con ella conjuro la confusión o el desamparo. Con ella respondo la interminable pregunta que soy.
Esta voz con que vivo: poco a poco fui reconociendo sus significados y alcances. ¿Su principal potestad? Llevarme a distinguir correspondencias entre casi todas las cosas. Se le acercan sin cesar diversos escenarios, incluso la realidad misma puede llegar a parecérsele. Verdadera como los propósitos que enuncia, ella va haciéndose protagonista de una historia en busca de su propio desenlace. Fallarle implicaría mi inconsistencia. Necesariamente próxima a mi vida, ella es alimento y promesa; también finalidad. Con igual entonación expresa realidades y fantasías, entremezcla lo verdadero y lo posible. En sus matices colaboran muchas intenciones. La acompañan, a veces, el reconocimiento de errores y algún que otro remordimiento. Sin embargo, en su cercanía suelo descifrar propósitos esperanzadores.
Esta voz con que vivo: una y otra
vez regresa sobre sí misma contemplándose en su reflejo. Con ella hablo siempre
en presente. Junto a ella dibujo palabras desde este ahora que recuerda,
imagina y sueña.