Hacer
arte y vivir la vida como si ésta fuese una obra de arte; se trata, en ambos
casos, de armonizar espacios y acciones, de reunir visiones y experiencias bajo
un mismo propósito de hilvanación y finalidad. Un artista entregado a su arte,
un ser humano construyendo su existencia en torno a esfuerzos, actos,
iniciativas, metas, ilusiones, propósitos... Ambos actúan en torno a un sentido,
a un esencial porqué.