viernes, 29 de mayo de 2020

DECIR LA ESPERANZA

Esperanza es impulso, orientación, apoyo, respuesta. Es, igualmente, potestad: de hacer, de crear. Imposible vivir sin ella. La esperanza nos sostiene ayudándonos a superar retos, alejándonos del pesimismo, permitiéndonos dibujar propósitos donde divisar destinos. Tiene que ver con imaginación, con la necesidad de fortalecernos en un ideal. La esperanza legitima propósitos. Ella solo es posible en la acción. Carece de sentido en la vaga ilusión o en la pasiva espera. Nos pertenece en la medida en que sepamos alimentarla. Imposible renunciar a ella, imposible dejar de otorgar a nuestros pasos y acciones el más importante de los sentidos: el de la aprobación. Imposible no acompañar con la esperanza nuestra intención de intervenir en el mundo.
      Escoger la esperanza y escoger decirla: una opción para nuestras voces; convertirla en aliento de nuestra voz, en palabra con la cual comunicar razones afirmativas para un tiempo de convivencia.