jueves, 2 de mayo de 2013

HAY ALGO DE ATROZ EN LA AVENTURA POR LA AVENTURA MISMA...


Hay algo de atroz en la aventura por la aventura misma, en la simplona necesidad de alejarnos de un aquí en busca de lo desconocido.

Hay algo de triste en la aventura que es porvenir repleto de distancias y rupturas ante demasiados puntos de partida.

Hay algo de lamentable en la aventura convertida en premio de ausencias, de banales indagaciones, de suma desordenada de intemperies.

Hay algo de estimulante en la aventura que es certeza de tiempo; confianza en pasos que son signos, actos y huellas que irán valorándose poco a poco.

Hay algo de apasionante en la aventura que plantea su propio desenlace muy cercano a una voluntad por descubrir destinos presentidos.