miércoles, 26 de diciembre de 2012

HAY EN LOS MOMENTOS INICIALES DE LA PELÍCULA "GRINGO VIEJO"...


Hay en los momentos iniciales de la película Gringo viejo, adaptación de la novela homónima de Carlos Fuentes, una escena en la que el personaje del escritor norteamericano Ambrose Bierce afirma que todas sus palabras, las miles de páginas que escribió para quien fuera su principal “empleador”, el magnate de la prensa, Randolph Hearst, sirvieron principalmente para enriquecer al riquísimo dueño de periódicos. Es un comentario que me despierta inquietudes en mi relación con las palabras: ¿para quién las escribo? Definitivamente, no para la ambición de un librero o un editor, o la satisfacción de alguna institución o empresa. Creo que a esa pregunta sólo existe una respuesta: todo escritor escribe para sí mismo; para su propia satisfacción; para distinguir en ese espacio que acoge sus ideas e imágenes, una forma verbal que toca a él y sólo a él hallar.