viernes, 22 de junio de 2012

INTERMINABLES PARADOJAS DEL CAMINO...


Interminables paradojas del camino: en él los aciertos conviven con los errores y las derrotas nos acercan a victorias que lucían imposibles.

     Los fracasos se convierten en impulso hacia genuinos avances.

     Vivimos la alegría junto a la tristeza y sabemos de la fortaleza tras intuir la debilidad.

     El tiempo inhóspito deja paso a la cotidianidad cobijante y la áspera intemperie llega a transformarse en acogedora morada.

     Reconocemos lo deseable tras saber qué nos repugna.

     Somos fuertes y, a la vez, débiles.

     Aceptamos eso que somos sabiendo que siempre existirán muchas cosas que no podríamos aceptar de nosotros.

     Nuestras frustraciones iluminarán posibles futuras alegrías, nuestros presentes extravíos podrían convertirse en venideras certezas y nuestras actuales convicciones augurar próximos desconciertos. Lo que más creemos saber acaso sea lo que más groseramente ignoramos, lo que más nos atemoriza tal vez sea lo que menos nos desoriente y lo que más nos exalta pudiera ser eso que con mayor fuerza nos condene a la confusión.