viernes, 17 de febrero de 2012

ACASO NINGUNA ACCIÓN...


Acaso ninguna acción más arbitraria ni egoísta que la del acto creador. Recuerdo el comentario de Rilke en la primera de sus Cartas a un joven poeta, cuando habla del sabio “no comprender” de los niños, capaces de entregarse por entero a su mundo, a sus juegos infantiles, apartándose de todo cuanto no les interese. El artista, dice Rilke, es como un niño que ha decidido no entender eso que no le interesa y, egoístamente, se sumerge, feliz y ajeno, en sus fantasías. Curiosidad del artista y creatividad del niño; o al revés: creatividad del artista y curiosidad del niño: las dos espontáneas y genuinas, las dos inocentemente al margen de cuanto no se relacione con un tiempo vivido a plenitud.