Escritor, ensayista, poeta y docente venezolano. Ganador del Premio Nacional de Ensayo Mariano Picón Salas del Ministerio de la Cultura de Venezuela en 1992, fue miembro del jurado de dicho premio en la edición de 1993. Igualmente fue miembro del jurado del Premio Internacional de Cuento Francisco Herrera Luque y Presidente del I Congreso de Legislación Cultural Municipal, realizado en en febrero del año 1993 en la Universidad Simón Bolívar.
jueves, 17 de noviembre de 2011
TEMOR A LA INMORTALIDAD...
Jonathan
Swift, en Los Viajes de Gulliver, imaginó la inmortalidad como una
trágica pesadilla. En un episodio del libro, la describe como decadencia
infinita, interminable deterioro de cuerpos seniles que, perdidas todas sus
facultades y convertidos en patético despojo, tercamente se niegan a morir.
Ante esa imagen terrible, la muerte pasa a convertirse en metáfora feliz de la
liberación deseada por todos aquéllos a quienes la vida llega a parecer
demasiado larga o hacerse insoportable. La inteligencia cruel de Swift dibujó
con terrible ironía el macabro reverso del sueño de la juventud eterna. Quizá,
y a pesar de que parezca desearla, el hombre, en el fondo, rechaza la
inmortalidad. El imaginario humano abunda en visiones que revelan ese rechazo.
Se asocia, por ejemplo, inmortalidad y vampirismo. Criatura de la noche,
siempre sedienta de sangre y temerosa de la luz diurna, monstruo de maldad,
muerto en vida: el vampiro encarna todo lo que es repulsivo y antinatural. Tal
vez en el rostro del vampiro el hombre dibuja su verdadera, su más profunda
convicción: la de que una existencia interminable no sugiere sino horror.