lunes, 5 de septiembre de 2011

MIS PALABRAS, LAS PALABRAS

Por un lado, las palabras son signos, y, como tales, fenómenos del mundo exterior; pero, a la vez, son también expresiones interiorizadas por cada ser humano, trazos inseparables de su conciencia. La lengua que me define es la misma que me hace participar de un determinado orden tribal. Divisamos y organizamos cuanto nos rodea a partir de signos que, a la vez que forman parte de lo más íntimo y subjetivo de nosotros mismos, son, también, formas comunes que compartimos con todos los hablantes de nuestra propia lengua. El signo que me pertenece, pertenece también a la memoria de muchísimos otros. Paradoja de la palabra: a un tiempo, señal colectiva y creación individual.