martes, 21 de junio de 2011

LA ATRACCIÓN DE NUESTROS DÍAS POR LAS TEORÍAS QUE EXPLORAN LOS FENÓMENOS CAÓTICOS...

La atracción de nuestros días por las teorías que exploran los fenómenos caóticos, parten de la aceptación de que el mundo es desconcertante e impredecible. Los temores y las desconfianzas de nuestro presente descubren y describen a un hombre que ha aprendido a dudar y a reconocer que duda, a temer y a reconocer que teme. El caos traduce la historia -y la histeria- del hombre contemporáneo sumergido en sus desasosegantes inquietudes. Más que una respuesta, las teorías del caos implican la intuición de que sólo la incertidumbre es posible ante un cosmos definitivamente ajeno a la voluntad, los deseos y las profecías de los seres humanos. El caos es un nuevo síntoma de la viejísima intuición del hombre de su propia indefensión. Tras el largo tiempo del imaginario de los destinos previsibles, tras las seguridades definitivas y las certezas absolutas de la modernidad, el hombre de nuestros días regresa a los tiempos anteriores a la voz sagrada de la historia en los que la incertidumbre y el azar eran la única respuesta.