martes, 7 de junio de 2011

HAY MOMENTOS EN QUE LAS PALABRAS SON INÚTILES...

Hay momentos en que las palabras son inútiles. Uno es el instante de la comunicación amorosa, cuando se decide la definitiva cercanía de dos cuerpos; el otro es el de la violencia: tiempo imprevisible en el que sólo cabe como única respuesta posible la eficacia del instinto. En ambos casos: no la palabra sino el grito. Cuando las palabras han dejado de ser suficientes, llega el grito: de pasión o de guerra, gemido o alarido, exclamación o apenas balbuceo.