miércoles, 18 de agosto de 2010

A VECES, EL SER DE PALABRAS SE TRAICIONA A SÍ MISMO...

A veces, el ser de palabras se traiciona a sí mismo cuando utiliza su mirada y su interpretación de esa mirada al servicio de algún amo. Cualquier amo: un señor presidente, una ideología, un partido, un ideal de revolución... Claudica, así, de su curiosidad y su mirada crítica y se convierte en obediente escribano, repetidor de consignas, vociferador de verdades que le han sido impuestas.