“Lo entrevisto es mejor, y dura más que lo visto”. Juan Ramón Jiménez
Lo entrevisto, convirtiéndose en palabra; y ésta, a su vez, en mensaje, compañía, orientación...
Lo entrevisto en el tiempo de la lucidez y el del desasosiego, en el del desánimo y el de la estridente euforia.
Lo entrevisto en lo que somos ahora, lo que fuimos antes, lo que podamos ser después...
Lo entrevisto en las palabras que nos decimos; compañeras de diversos escenarios; expresiones donde completar lo incompleto, poblar lo despojado, dar forma a lo informe...
Lo entrevisto en nuestra imaginación, al margen de incómodos o inútiles afueras y siempre al interior de la esfera de nuestro tiempo.