Es grave no
distinguir lo necesario o claudicar ante viejos errores o presentidas derrotas.
No fue fácil el
camino que construí en medio de creencia en premisas tales como: “¡todos
podemos llegar!” O “¡Con el debido esfuerzo cualquiera puede lograrlo!”
Y supe que solo
a veces y solo algunos logran alcanzar el horizonte deseado; y que quienes lucieron
tempranamente vencedores suelen sufrir muy definitivas derrotas.