viernes, 25 de septiembre de 2020

NINGUNA EXISTENCIA HUMANA PODRÍA SER MUDA

 

 

 

    Ninguna existencia humana podría ser muda. Todas nuestras experiencias y memorias, todos nuestros aprendizajes y deseos están destinados a convertirse en voces. Vivimos en un mundo de palabras. Somos palabra. Volcamos nuestras ideas, imaginarios, recuerdos y deseos en voces con las que nos relacionamos con nuestra existencia y con la existencia que compartimos con otros.

    Las voces son acto creador; creación, incluso, de nosotros mismos. Al nombrar somos. Al nombrar creamos un orden desde el cual entender y entendernos. Alguna vez habló Heidegger de la muy humana necesidad de “aumentar la vida”. Cito sus palabras: “Toda vida que se limita únicamente a la mera conservación es ya una decadencia.” Aumentar la vida, por ejemplo, en la escogencia de un orden verbal donde reconocernos: orden nuestro que priorice unas cosas y desestime otras; que nos oriente, nos haga preferir, nos lleve a elegir y a rechazar y a decidir; orden donde apoyarnos y definirnos frente a la indiferencia del mundo. Orden convertido en traducción personal de un confuso diseño universal.

 

viernes, 18 de septiembre de 2020

HUMANÍSIMO ESFUERZO...

 

    Humanísimo esfuerzo por conjurar la absoluta arbitrariedad de nuestro entorno; de sobrevivir al azar, al albur sin forma, a la casualidad extrema… Prevenirnos de lo impredecible proponiéndonos respuestas, indagando en cuanto pudiera resultarnos importante o imprescindible conocer, nombrándonos junto a nuestra espiritualidad... En suma: verbalizarnos como una necesaria parábola del sentido de nuestra existencia

viernes, 11 de septiembre de 2020

ACTUAMOS SIEMPRE...

Actuamos siempre -deberíamos hacerlo- en nombre de un “porqué”. En el caso de nuestras voces personales -conquistadas, merecidas- de un porqué destinado a nombrar convicciones, propósitos, sueños, esperanzas… Un porqué donde identificar memorias y anhelos de porvenir, donde dibujar nuestra relación con la realidad. Recuerdo una frase de Borges: “descubrir una entonación, una voz, una sintaxis particular, es haber descubierto un destino”. En suma: el porqué de nuestras voces convertido en sintaxis de nuestra vida y en visión de su destino.

 

viernes, 4 de septiembre de 2020

ACEPTAR PARA LAS PALABRAS...

Aceptar para las palabras la potestad de enunciar lo múltiple, la siempre compleja pluralidad de las cosas y los acontecimientos; pluralismo de sentido como expresión de su poder, de su trascendencia. Junto a las palabras nos definimos en medio de un mundo confuso, paradójico, volátil, contradictorio, impredecible. En ellas conjuramos la incertidumbre, configuramos el esencial sentido de la lucidez, identificamos la fuerza de la esperanza… En suma: en nuestras palabras vislumbramos un mundo de alguna manera ordenado de acuerdo a nuestra propia voluntad.