viernes, 31 de enero de 2020

UNA VOCACIÓN ES...


Una vocación es verdad propia, verdad descubierta, verdad viviéndose, realizándose... A través de ella intuimos un sentido para nuestra presencia en el mundo. La vivimos, íntimamente vinculada a un sentimiento de libertad. Somos libres para escoger hacer y decidir vivir de acuerdo a eso que hemos elegido hacer. Nuestra vocación nos distingue individualmente. Nos orienta. Reúne en nosotros signos donde conjurar demasiadas fragmentaciones o dispersiones. Otorga una estructura a esa historia que es la nuestra. Nos traduce. Nos obliga a no aislarnos.
Lo justo, lo natural es que las propias cualidades y la vocación coincidan, que la una sea muy directa consecuencia de las otras. Lo ideal es reconocerla muy temprano; tempranamente hacerla parte de comportamientos, pasos, propósitos y acciones. Ella no es solo potestad: posee la forma de las verdades conquistadas, de los propósitos convertidos en norte de vida.
Nada más lamentable que padecer una existencia deformada en una actividad que no nos encarne. Vernos obligados a desempeñar labores que nos contradigan, trabajar toda la vida en algo que, eventualmente, se aborrece: acaso una de las visiones más representativas del infierno en la tierra.

viernes, 24 de enero de 2020

SER PARTE DE LA REALIDAD...


Ser parte de la realidad y no solo contempladores de ella. No solo estar en el mundo: ser presencia en él.

Ser presencia: hacer, escoger hacer, escoger hacer junto a otros; tomar conciencia de nuestros límites y posibilidades, tomar partido…

Tomamos partido: opinamos, actuamos, intervenimos en diversos escenarios apoyados en verdades extraídas de nuestras experiencias… 
Tomamos partido: somos presencia, fomentamos nuestros acuerdos con lo real, somos parte del mundo desde la fidelidad a nosotros mismos: a nuestras contradicciones, a nuestras cambiantes apuestas, a nuestro inconformismo, a verdades surgidas de la continuidad de nuestro tiempo.
Entre lo real y lo ideal nos movemos, actuamos, aguardamos. Nos acercamos al afuera desde nuestros adentros, sostenidos por aquello que nos pertenece y acompañados siempre de nuestra curiosidad. Al lado de ésta indagamos, reflexionamos, concluimos. Ella es siempre estimulante. Concita en nosotros la imaginación y la intuición. Es impulso, orientación. La seguimos para responder preguntas que nunca podríamos dejar de formularnos.