viernes, 23 de octubre de 2015

RECONOZCO

Lo que digo al escribir me compromete. Junto a esas voces que enuncian verdades en las que creo, inclinado a veces a contemplarme con ojos comprensivos, y otras a convertirme en mi crítico más acerbo, me reconozco en algunos descubrimientos necesarios. Reconozco, por ejemplo, ser un proyecto legitimado en ciertos actos y justificado en algunas convicciones.
Reconozco que a mis ilusiones las acechan, frecuentes, los desengaños; que la falsa rebeldía me despilfarra en espejos donde se desvanece mi rostro.
      Reconozco que es muy largo el camino de la ilusión y muy frágiles los pasos del iluso; que cautela y riesgo son actitudes igualmente válidas en el mismo propósito por avanzar en el camino.