viernes, 5 de junio de 2020

PRECOCIDAD

Acaso hoy se valore demasiado la precocidad, olvidando que ella puede -y suele- significar inconsistencia; que es necesario haber vivido y haber entendido para poder dibujar un sentido en el tiempo que somos o estamos destinados a ser; que solo el adecuado aprendizaje de las experiencias permite distinguir lo banal de lo esencial, reconocer la fundamental importancia de la esperanza, protegernos de las decisiones sorpresivas y los apresuramientos innecesarios, resguardarnos de la fugacidad de los propósitos y saber cómo apoyarnos en determinados recuerdos…
La precocidad pagará siempre el precio de la insuficiencia impregnada de autosuficiencia. Ignorará que la vida se halla por encima de todo, alimentándolo todo, supeditándolo todo a ella.
El más importante significado de la madurez: haber aprendido a escoger y a valorar; a construirnos nosotros mismos junto a cuanto nos concierne, reconocer qué rostros de la realidad se relacionan con lo que somos o hemos aprendido a ser.